Se visualiza una alta concentración de habitantes en zonas urbanas: hoy sólo el 18 % habita el campo; dos décadas atrás, sumaban el 31 %. Mientras tanto, avanzan los agronegocios con compras y alquiler de propiedades a pequeños y medianos productores, desmonte y fumigaciones descontroladas. El cultivo a gran escala de granos (soja y maíz) es depredador y rompe en cada hectárea el mito de "generar trabajo". Se unifica la producción atacando a aquellos que quedan al margen, obligándolos a "modernizarse o irse". El "gran desierto verde" es una orden del mercado internacional que aplasta la diversidad cultural y biológica al no encontrar una política de Estado que defienda la Soberanía alimentaría. Por ahora tampoco se visualizan propuestas claras ni resistencia organizada desde la sociedad civil. No hay medio laboral que ayude a la familia rural para que se mantenga en el lugar.En Argentina existen 602 pueblos de menos de 2.000 habitantes que están en riesgo de desaparecer, 124 que prácticamente no han crecido en los últimos 10 años, y 90 pueblos que ya no figuran en el último censo 2001 (dos de ellos de Entre Ríos).En Entre Ríos los poblados en riesgo de desaparición llega a 17: La Clarita, en el departamento Colón; Ayuí, en Concordia; Aldea Salto y Camps, en Diamante; Estación Lazo, en Gualeguay; General Almada, en Gualeguaychú; Tezanos Pinto, en Paraná; y Rocamora, en Uruguay, son algunas de las poblaciones que vienen sufriendo pérdida importante de habitantes.Dos poblaciones de Entre Ríos tienen la calidad de NF (No Figura): Las Mulitas, en el departamento Feliciano, y Cuchilla Grande, en el departamento Gualeguaychú. Hay muchas variables que para entender el éxodo y despoblamiento rural en la provincia: falta de infraestructuras básicas (energía, agua potable), ausencia de instituciones del estado (correos, escuelas, centro de salud), desmantelamiento del ferrocarril, falta de mantenimiento de caminos; avance de los agro-negocios que conlleva el aumento de precios de insumos para el laboreo de la tierra, tecnología que deshecha mano de obra, achicamiento de la ganadería y la agricultura familiar, problemas ambientales, búsqueda de mejores oportunidades en la urbe, entre otras. En 1960 la población de Entre Ríos se repartía en partes casi iguales entre el campo y la ciudad: en el área urbana habitaba el 49,5 %, y en la zona rural, el 50,5 %. Pero dos décadas después la situación comenzó a virar drásticamente, y se pasó a un 68,8 % de personas ocupando franjas de terreno en áreas urbanas, y apenas un 31,2 % en el campo; aunque el cambio mayor ocurría en la década de 1990: 77,4 y 22,6 %, respectivamente, para llegar a 2001 con 949.250 entrerrianos en áreas urbanas (82 %) y 208.897 habitando el campo (18 %).Es decir que en dos décadas casi 100 mil personas (aproximadamente el 10 % de la población de la provincia) emigraron del campo a la ciudad.

Fuente: Anuario estadístico 2005 de la dirección de estadística y censos de E. R.El Diario de Paraná; Agencia Infover