20/10/08

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“Antes viajar desde Paraná hasta acá era un calvario, los caminos eran un desastre, cuando estudiaba, la única oportunidad que tenía de visitar a mi familia era en las vacaciones desde noviembre a marzo y en Julio, en la vacaciones de invierno. Una vez salíamos de Paraná en un colectivo viejo, Empresa El Montaraz, le habíamos puesto vos salís pero no sabes si llegas (risas), antes de salir de la ciudad se le salió una rueda, menos mal que el chofer hizo unas maniobras y logró pararlo, porque era una calle en bajada, nos mandan un coche nuevo, salimos a la 7 de la mañana y llegamos a Villaguay a las 4 de la tarde, para que tengan una idea de los caminos, ¡los pasajeros a veces nos teníamos que bajar a empujar el colectivo que se había encajado en el barro!”

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“Mi padre nació en España, vino a los 14 años al país, se radicó cerca de Paraná y para el año ´30 se radicó en San Salvador, trabajaba en la agencia Ruby (sic), vendía autos, el negocio estaba donde ahora hay un local que fabrican lonas.”

“Nací en los alrededores de San Salvador el 14 de marzo del año ´42, mis padres tenían un campito cercano al pueblo, teníamos animales y fabricábamos ladrillos, treinta mil al mes, eran unos ladrillos bien cuadrados, éramos una familia numerosa, once hermanos, hice la escuela primaria y luego me fui a estudiar mecánica industrial a Paraná, seis años estuve allí, cuando terminé me volví a San Salvador, pero no conseguí trabajo de mecánico, así que terminé trabajando en un gallinero, juntaba mil quinientos huevos por día, me gustaba hacerlo, entregaba diez cajones por semana en lo Bernardi y pagaba la diferencia por la comida de la semana que yo sacaba, siempre fue así, al hombre de campo siempre se lo ha jodido, una vez vino Luís Gerard y me dice que hay que poner criaderos de gallinas porque era el negocio del día, le contesté que lo que me decía era verdad, eso era como en el mes de mayo; pensá que vas a tener tus frutos como en noviembre cuando estén poniendo y vas a perder plata; pasado un tiempo lo encuentro y le pregunto como le va, y me dice -tenías razón, era el negocio del día- (risas).”

“Mi primeros trabajos como mecánico fueron con motos, había varias marcas, Gilera, otras con motores Sacht (sic), algunas Zanella, Zanetti –Capriollo y otras que no recuerdo, tenía varios clientes, uno de los problemas era y creo que sigue mas o menos igual, es que traían las motos después que los dueños le habían metido mano y por ahí se mandaban alguna macana que era difícil de solucionar, como romper las roscas de los tornillos.”

“Con el tiempo fui agregando servicio mecánico para autos, así que me dediqué a los Citroen, también al 4L y 4S, tenía muchísimo trabajo, le dedicaba hasta 16 horas por día, me fui aislando de la vida social y tuve mis consecuencias, me internaron por diez días, estaba como muerto, los médicos le decían a mi señora que solo un milagro me podía salvar, al día 11, parece que abrí los ojos y todos se esperanzaron ¡todavía estoy entre los vivos! (risas).”

“Mi primer contacto con el teatro lo tuve al finalizar la escuela primaria en el año ´54 más o menos la maestra me da una hoja para que me aprenda el personaje, la obra se llamaba Por un palco del Real, participaban otras chicas del grado, recuerdo a la Nona Ale(sic), otra chica de apellido León y al resto no me acuerdo, así que ensayamos y la presentamos en el salón Fraternidad con un lleno total, esta obra casi me la acuerdo toda, era una comedia hermosa.”

“Creo que en año ´66 o ´67 se formó la agrupación de teatro vocacional Blanco y Celeste, presentando Nazareno Cruz y el Lobo de Juan C. Chiappe, que dirigía Luis Virgilio Poroto Carballal. En el reparto participaba: Mirta “Pochi” Torrez, Mario Pirez, Luis Salcedo, Héctor Córdoba, Francisco Pirez, Américo Córdoba, Luís Carballal, José Bouvet, Tique Luy, Chucho Silva. La apuntadora era Irma Miraglia.
Luego se formó Candilejas, que se presentaron en la Fiesta Nacional del Arroz que se hizo en los galpones de la Cooperativa Arrocera, con la obra Barranca abajo de Florencio Sanchéz, ahí conocí a Luís Salcedo, que era el director y retomé mi trabajo actoral un tiempo después, porque en esta obra yo no actuaba, sino que colaboraba con la preparación del espectáculo, me gusta mucho el teatro.”

“Esta obra la presentamos como en quince lugares, teníamos un escenario completo que lo trasladábamos donde fuera necesario, lo armábamos en el día, con todo lo que hiciera falta, lo hacíamos con mucha responsabilidad.”

“Participé en un montón de obras con el grupo Candileja, otra que recuerdo es la obra El Malentendido de Albert Camus. En el reparto participaba: Pochi Torrez, Haydée Lagos, José Bouvet, Mary Berruet, y yo. Los apuntadores eran: Laura Mancinelli y José Abasto y el director Luís Salcedo.”

“Cuando Candileja desaparece comenzamos con Ronda ya en la década del ´80, el nombre se lo pusieron por la ronda de la arrocera, con la dirección de Carlos Migoni.”

“Hoy la actividad teatral la veo bien, pero un poco rosa para mi gusto.”

“Creo que una pérdida importante del patrimonio comunitario es la del salón Fraternidad, era un lugar hermoso, con mucha más capacidad que la sala San Martín, es una parte importante de nuestra historia cultural y social, es una pena que no se lo haya preservado.”

“En una época incursioné en publicidad, tenía instalada lo que se llamaba red fija, cuatro parlantes colocados altos en distintos lugares del pueblo, me encargaba de difundir la cartelera, algún acontecimiento social y publicidad para los comercios, prácticamente era mi medio de vida. Recuerdo una vez vino una banda a tocar, y me daba lastima que la gente que no había venido se lo perdiera, entonces tomé una escoba y amarré el micrófono en la punta, le dije a un pibe que me lo tenga bien alto por encima de la banda para que pudiera captar mejor el sonido y se escucho bien en todos lados.”

“Estuve diez años de presidente de la cooperadora de la Escuela Técnica, logramos cosas muy importantes como la construcción de aulas, entre otras cosas, fue muy lindo.”

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