31/10/08
El avance de la frontera agrícola en estos últimos años, ha traído muchísimos inconvenientes, no solo ambientales, sino también de salud y calidad de vida, advertidos por un grupo de alrededor de cincuenta vecinos que se reunían periódicamente para contarse que algo extraño había comenzado a pasar en estos últimos tiempos allí donde viven, en la zona norte de nuestra ciudad, sobre calle Oribe, estuvimos escuchando su preocupación.
“Hablando entre vecinos prácticamente coincidimos que cuando llega la época de pulverización de agroquímicos y fertilizantes, todos se ven afectado de una forma u otra- nos cuenta una vecina-”
El caso de una familia que no se dedica a las actividades agropecuarias, sino en trabajos de jornales, ellos viven muy cerca, a ocho metros de donde termina la chacra que siembran soja.
“Uno de los chicos tiene diagnosticado problemas en los riñones, tuvo que someterse a una operación cirugías en Bs. As., y debe seguir controlándose periódicamente”.
“El hermano de este chico tiene una mal formación de cadera, y un primo con problemas en el funcionamiento de los riñones, nos llama la atención esto.”
“En el momento que pasan las máquinas (mosquito y avión), no se puede respirar por lo fuerte que es el olor en el ambiente, debemos meternos dentro de la casa y cerrar las puertas. Los árboles de fruta se secaron todos, las gallinas se murieron”.
Uno de los vecinos asegura que el olor llega muy cerca de las zonas céntricas de nuestra ciudad, pero la gente que no sabe de que es, piensa que puede llegar a ser un escape de gas u otra cosa.
Teniendo en cuenta que las máquinas fumigan a menos de diez metros, y que esto permanece en el aire tres o cuatros días, con un simple viento a favor, estas familias estarían en contacto directo con estos productos.
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“Nunca hice una denuncia, por desconocimiento de que esto me afectaría de esa forma, no me di cuenta que podía llegar a ser eso lo que me afectaba.”
“Empezamos a charlar entre los vecinos y enterarnos como nos afectaba a todos, decidimos unir esfuerzos. La primera reunión fue cuando habían pulverizado la chacra que esta aquí al lado y la del frente, llovió a los poquitos días y toda el agua fue a la cañada, el agua lavó el fertilizante desembocando en un arroyo que atraviesa la calle. Murieron todos los peces, los cerdos, los pavos y una vaca. Estos animales murieron por beber agua del arroyo, estamos hablando de animales grandes, de mucha sangre. Hubo un animal que estaba atado, por lo que no pudo tomar agua del arroyo, éste no se murió, por lo que queda evidente lo que ocurrido, cuando se llevó la vaca al veterinario, se le diagnostico que estaba intoxicada, pero no explicaron de que, se le aplicaron inyecciones pero se murió”-nos cuenta el señor Ditlof.
“Otro vecino tiene dos nenas que se metieron al agua en el arroyo, y le salió sarpullido, esto fue en noviembre del año pasado que hacía calor en ese entonces.”
“Todos estos casos con la particularidad de que en ese momento se estaba pulverizando, empezamos a charlar un poco, de que a mi me pasó esto, a mi lo otro, nos fuimos contando que todos teníamos el mismo problema, nos dimos cuenta que cuando empezaban a fumigar todos andaban con la vista y la garganta irritada, se te impregna el olor y quedas con el gusto en la boca que ni comes. Yo en mi caso que tengo problemas respiratorios, me dan ataques bronquiales.”
“En un principio se trató de hablar puntualmente con los productores, dejaban de fumigar, pero a los dos o tres días volvían de nuevo. Después se intento con la policía, ellos iban y los paraban, pero llego un momento que nos dijeron que ellos actuaban pero que le corresponde al municipio, por Ley Provincial de plaguicidas Nº 6.595, tomar cartas en el asunto.”
“Fui hablar con la secretaria de gobierno, le propuse armar una mesa de diálogo, para sentarnos con los productores, pedíamos que el intendente sea un nexo entre los productores y nosotros los vecinos”.
“Por ejemplo, yo desde los doce años no uso insecticida en mi casa porque lo tengo prohibido clínicamente, entonces porque tengo que soportar que entre por una ventana y cruce ese olor del vecino, el cual afecta mi estado de salud. Fui dos veces más a la municipalidad, pero no hay respuesta. Y hace poco llame para pedir que por lo menos el inspector se acerque y le pregunte que es lo que esta usando en la fumigación, vinieron hablaron con mi madre un día que estaban fumigando y se fueron, después los vecinos llamaron a la policía que a tenido muy buena incidencia y operatividad, y pudieron parar el mosquito.”
“En una oportunidad estaba en mi casa y me llama un vecino (Silva), me cuenta que le estaban fumigando frente a la casa con viento a favor, había metido los chicos dentro de la casa y no sabía que hacer, nos dirigimos a la Jefatura Policía y firmamos la denuncia, y se la envió a la Secretaria de Producción de la provincia, así que debe estar ahí como otras más, también se paso al juzgado.”
“En este lugar si quiero poner galpones de pollos, los vecinos se van a quejar que sienten el olor y me van a obligar a hacerlo en otro lado, pero si los vecinos se quejan que sienten olor de los químico, ¿eso no vale nada o vale mucho?, es lo mismo que se pulverice con un insecticida en una habitación cerrada, y permanecer adentro, me esta haciendo mal a la salud, ¿eso si se sigue permitiendo?”, nos pregunta y se pregunta Ditlof.
“De estos testimonios se armó una carpeta de gran valor con unas cuarentas páginas, con imágenes, croquis, una denuncia a la policía, con un anexo de trabajos en la provincia y nacionales que hablan de ciertos daños del glifozato, certificado a nivel universidad e investigativo. Gianfelice es un médico de la provincia que hace mucho tiempo viene tratando este tema de los agroquímicos en la provincia. Toma datos del Hospital San Roque de Paraná, y hace una sugerencia, que cuando existe el aumento de masa de cultivos, el uso de insumos agroquímicos, también aumentan progresivamente los casos de dermatitis, alergias principalmente, gastroenteritis, diarreas, es cierto que no se sabe a ciencia cierta si los agroquímicos producen cáncer pero también, nadie prueba lo contrario, es que no hay estudio de esto”-nos comenta Facundo Bordet, biólogo de nuestra ciudad.
Te pueden estar envenenando y denunciarlo para algunos puede ser una cuestión política, para quienes lo sufren, suele convertirse en un calvario, interactuar entre los distintos actores, escuchar los intereses de los implicados, abrir el abanico buscando los caminos posibles, alguien tiene que escuchar, hay mucho dinero en danza, y lo único que pueden llegar hacer ahora… es matarnos, con algo peor que los químicos; el miedo.
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