1/10/08

en 20:25 Seccion:


Cuento
Un político llega a las puertas del cielo y se encuentra con San Pedro…
-Bienvenido al paraíso -le dice San Pedro- antes de que te acomodes, parece que eres un político de alto vuelo, así que lo que haremos será hacerte pasar un día en el infierno y otro en el paraíso, y luego podrás elegir donde pasar la eternidad.
Lo acompaña al ascensor y baja hasta el infierno. Las puertas se abren y se encuentra justo en medio de un verde campo de golf. A lo lejos hay un club y de pie delante de él están todos sus amigos políticos, todos bien vestidos y muy contentos. Corren a saludarlo, lo abrazan y recuerdan los buenos tiempos en los que se enriquecían a costa del pueblo. Juegan un partido de golf y luego por la noche cenan juntos en el Restaurante Gourmet del club, con langosta como plato principal. Comparten la noche con hermosísimas y liberales jovencitas. Se encuentra también el Diablo que es un tipo muy simpático y se divierte mucho contando chistes y bailando. Se divierten tanto que, antes de que se de cuenta, es ya hora de irse. Todos le dan un apretón de manos y lo saludan mientras sube al ascensor. Llega al cielo donde San Pedro lo está esperando: -ahora es el momento de pasar un día en el cielo".
Así que el político pasa las 24 horas saltando de nube en nube, tocando el arpa y cantando. Ya estaba aburrido cuando después de las 24 horas, San Pedro va a buscarlo y dice: -ya has pasado un día en el infierno y otro en el paraíso. Ahora debes elegir tu eternidad.
El hombre reflexiona un momento y luego responde: -bueno el paraíso ha sido descansado, pero creo que he estado mejor en el infierno, definitivamente elijo el infierno.
Así que San Pedro lo acompaña hasta el ascensor y otra vez baja hasta el infierno. Cuando se abren las puertas del ascensor, se encuentra en medio de una tierra desierta cubierta de excrementos y desperdicios. Ve a todos sus amigos tristes, vestidos con harapos recogiendo desperdicios y metiéndolos en bolsas negras.
El Diablo lo alcanza y le pone un brazo en el cuello.
Político: -no entiendo balbucea el político- ayer estuve aquí y había lindas mujeres, un campo de golf y un club. Comimos langosta y caviar, bailamos y nos divertimos mucho. Ahora todo lo que hay es un lugar desértico lleno de porquerías... y mis amigos parecen unos miserables.
El Diablo lo mira, sonríe y dice: - ayer estábamos en campaña. Hoy… ya votaste por nosotros.

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