20/8/07
“Estando en Colón los fin de semana salíamos a los bailes, en aquella época con orquestas típicas. Una vez fuimos en un colectivo que te llevaba y te traía a determinada hora a Pueblo Brillante. Siempre nos quedábamos hasta el final de cada baile, terminaban a las ocho de la mañana, pero estaba tan aburrido ese baile que eran las tres y nos pusimos de acuerdo con los compañeros de irnos, pero no teníamos ¿en que?, y salimos caminando. Saliendo del pueblo había unos caballos sueltos, los montamos y nos vinimos. Lo dejábamos a la entrada del Brillante y los dueños después lo encontraban”. (Risas)
“Una vez me fui solo a Basavilbaso a correr una carrera en el “tren cortito”, termino muy tarde la carrera y ya no tenía como volver. Había gente de Concordia que me trajeron hasta el cruce de Ubajay, y a las doce de la noche me volví en bicicleta, pero me gustaba mucho. Otra también que fuimos al Brillante con los dos hermanos Conte, terminó tarde la carrera, erramos el colectivo y nos vinimos, llegamos a las tres de la mañana. En estos caso hay que valorar no solo el sacrificio de deportista sino la familia, en tiempos donde no había comunicación.”
“Antes la ruta a Concordia era de ripio y arena. Yo salía en las noches de luna clarita a las 3 de la mañana a entrenar, no andaban autos, si andaban alguno de lejos se escuchaba el ruido del motor. Iba yo en la mitad del camino, veo una sombra y me desparramo en el piso. Empiezo a mirar en el oscuro que era, y veo otro me miraba también, nos empezamos a distinguir y dice: - ¿Vos sos Dario? - y era un vecino conocido que venía del Baile de Concordia de traje y corbata. Nos chocamos de frente. Las bicicletas no sirvieron más, cargamos al hombro y de vuelta". (Risas)
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Nació en San Salvador, un 23 de Junio de 1937. Casi toda su vida transcurrió en San Salvador, excepto 3 años que estudio en Colón. Su niñez la vivió en la campo, con sus padres, en una familia numerosa de doce hermanos. Tres hermanas se recibieron de docente, un hermano Agrónomo Nacional, otro Ingeniero Electrónico, casi todos algo estudiaron.
“En el Campo nos repartíamos la tarea, y a todos nos tocaba algo. Había vacas lecheras, quinta, gallinas, etc. Hubo épocas de langostas que terminaban con todo lo que había, se veía una nube negra y eran langostas. La combatíamos para pararlas un poco con un lanza llama que se usaba mucho en aquella época pero al final nos corrían eran mangas de langostas por el cielo, y quedaban los campos pelados, eran años duros”.
“De la familia recuerdo que llegaba la noche en invierno y era tradicional prender el fuego de la cocina, nos juntábamos todos y siempre había un libro con alguna novela o algo que nos íbamos turnando para leerlo en vos alta a todos. Mis padres cultivaron mucho la lectura y nos criaron siempre firme".
Estudió 7 años en la Escuela Nº 25 José Maria Texier, hoy actual Nº 1, iba a veces de a pié y otras a caballo, dado que el campo rondaba a los 3 km. de la ciudad de San Salvador. Luego se fue a estudiar a la Escuela Agro-Técnica de Colón, donde se internaban y podían venir muy pocas veces a su ciudad.
“Era linda la vida allí, me gustaba mucho, se aprende convivir con gente del todo el país”.
Ahí se recibió de Técnico Agricultor y tenían muchos ofrecimientos de trabajos de todos lados.
“Estando en Colón hice mucho atletismo y ese momento me brindó buen nivel donde me codeaba con algunos buenos de C. del Uruguay. Al momento de venir acá, a la espera de trabajo, prácticamente quedo en la nada porque no había actividad de atletismo en ese tiempo. Entonces hice fútbol y lo alternaba con el ciclismo".
"Comencé ciclismo antes que me sortearan para el servicio militar. Ya había ciclistas en San Salvador, yo iba a mirarlos, recuerdo un zapatero Cusañosco, otro de apellido Lima, Sigot. Después empezó mi hermano, Miguel A. Sarmiento, Coco Paoloní, Pablo Novelli, los hermanos Conte, etc y que han corrido por la provincia. Se me había puesto en la cabeza que me iba a tocar el servicio cerca de la ciudad y empecé a entrenarme un tiempo antes para ir en bicicleta. Luego me sortean y quedó afuera por número bajo, yo quería hacerlo, estaba entusiasmado. Y así seguí con mi trabajo que estaba haciendo acá en la bicicletería de mi tío, y me quedé con las bicicletas para toda la vida a partir de los 19 años”.
Darío representó a San Salvador como ciclista en otras ciudades, provincias como también en Salto y pudo destacarse con muy buenas actuaciones, en otras no tanto, y hasta le ha tocado bajar de la bicicleta.
“Anduve corriendo en Salto, Santa Fé, Concordia, Villaguay, etc., lo principal cuando uno sale a correr es la cantidad de amigos que se hace, los premios aunque lo tengas no importan, hoy después de tantos años que voy a una carrera, encuentro gente que me reclaman, se recuerda y me saludan".
"Cuando yo corría las pistas eran arenales, tierra o ripio. En Concordia era pura arena, para nosotros era una tremenda desventaja, no estábamos acostumbrados. Antes se corría con cualquier bicicleta hoy una bicicleta competitiva sale alrededor de los $3000".
"El auge de las bicicletas en esta ciudad vino con los Molinos Arroceros, se usaba un montón, si bien como todo hay épocas buenas y malas, pero siempre se mantiene vigente, porque incluso es muy recomendada para la salud como ejercicio, y en el verano la gente anda mucho en bicicleta".
"En la esquina de 3 de Febrero y San Martín surgió la idea de formar un club. El 29 de Abril del año 1958, conversando con mi hermano, Delio Gerard y otros surge como primer presidente Luís Maria Gerard. El año que viene el club cumple 50 años, y estamos trabajando en eso".
"El tradicional circuito del fue la calle 3 de Febrero, se organizaban torneos locales, había casi veinte ciclistas locales. El Club tuvo su tiempo de inactividad con altibajos pero hoy tenemos un circuito propio que algún día queremos asfaltar".
"Hoy hay un grupo de treinta personas que nos reunimos muy capaz, y que esta trabando bien. La cuota mínima para un socio es dos pesos. Cuando el día esta lindo va mucha gente a caminar al circuito. Queremos hacer unos quinchos con churrasqueras. Todo se solventa a fuerza de pulmón, antes se organizaban corsos, bailes, etc. hoy las entradas de dinero son las inscripciones de las carreras y los socios. También agradecidos estamos con los comercios que nos ayudan en las competencias. Tenemos la idea de hacer un inter-escolar con premios individuales e institucionales. Los chicos son el futuro para que esto siga, y son ellos los que hoy se deben enfrentar a la diversión tecnológica de las computadoras, la televisión, los boliches, y es muy difícil, deportistas jóvenes con responsabilidad se ven muy pocos, en ese sentido destaco Juan C. Ortiz y Leandro Rey".
"El hoy lo veo un poco dificultoso, el mañana lo veo con esperanza, uno cree que mañana siempre va a ser mejor, que puede cambiar, que se puede solucionar, que el nivel de vida sea más accesible a todos los que quieran correr”.
Darío es el actual presidente del Club Ciclista Unidos de San Salvador.